Ya se ha mencionado en muchas ocasiones, yo misma lo he señalado, ¿A qué me refiero? Bien, al detalle de que nuestro cuerpo físico lo podemos relacionar como un microcosmos, que refleja en lo macro, al gran universo; los precursores de todo esto fueron los griegos y posteriormente los alquimistas medievales.
No es difícil comparar a ciertos órganos de nuestro cuerpo con el universo, con algunas estrellas y planetas; por su parte los hindúes consideran que cada chakra se relaciona con una energía planetaria y sus cualidades, como por ejemplo el corazón y Venus, la inteligencia y Júpiter, etcétera.
La asociación que había entre griegos y chinos respecto a la idea donde los elementos del universo se relacionan con aquello que nos constituyen, calcio, huesos; hierro, sangre; etc. Los fractales naturales que relacionamos con las ramificaciones de los árboles en el sistema nervioso central y periférico.
Esto nos lleva a la sinfonía de las esferas, donde cada planeta y sistemas planetarios influyen en su dinámica cósmica con la energía del ser humano. Por tanto, podemos posicionarnos ahora en el entendimiento de la teoría del todo, vamos a intentar poner en perspectiva el concepto que relaciona las interacciones de diferentes puntos del planeta con una sola resonancia, un mensaje que amalgama las fuerzas que actúan en niveles macro y micro y una confluencia con el pensamiento que se reconoce en la filosofía cuántica.
¿Qué se entiende por filosofía cuántica? Sí cada pensamiento resuena en las ideas de diversos grupos, es fácil sugerir que logran de alguna manera complementarse, sin importar el sitio del planeta donde te encuentres. Se le ha llamado globalización, pero en el pasado hemos visto que ya existían esas conexiones entre culturas alejadas unas de las otras por miles de kilómetros.
Debe estar conectado para enviar un comentario.