La capacidad de ver más allá de las fronteras nacionales y comprender cómo nuestras acciones locales pueden tener un impacto global es fundamental en el mundo interconectado en el que vivimos. Esto implica reconocer que las decisiones que tomamos en nuestra comunidad pueden influir en el entorno global, desde el uso sostenible de recursos hasta la manera en que abordamos problemáticas como el cambio climático.
Al tener una visión amplia y considerar las repercusiones de nuestras acciones, podemos contribuir a un futuro más sostenible y equitativo, fomentando una cultura de responsabilidad que trascienda las limitaciones geográficas y busque soluciones colaborativas a nivel internacional.

Como humanos nos es muy difícil entendernos con el que no piensa igual a nosotros sobre todo cuando su torpeza daña lo que protegemos, cuando su vida se envalentona con la sostenibilidad de las armas, ningún pacifista puede entender esto y es muy complejo llegar a acuerdos, solo en la responsabilidad compartida podrían ejercerse los diálogos, mirarnos en el espejo del otro y educar para la paz.
No necesitas ser religioso para entender y analizar los mandamientos:
1.- No tendrás dioses ajenos delante de mí, la pregunta es qué dioses, cuando todos han sido creados por los humanos. Aquí empezaron los problemas el politeísmo florecía dignificando a las deidades de la naturaleza y ya sabemos cómo se moldeó todo esto más adelante. Añadiendo a todo, esto es bueno recordar que en muchos sitios se ofrecían sacrificios humanos y esto no dignificaba ni a ellos ni a los otros creyentes. Cada creyente unifica su esencia viva a lo que por herencia le han dictado, esa construcción de deidades, dioses y demonios no es otra cosa que la resonancia eléctrica de muchas mentes puestas en una misma idea, somos sus constructores, seamos hábiles para edificar a favor de la paz, la humanidad, la vida misma.
2.- No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. Aquí entendemos a que dios refiere, el dador de vida por milenios definitivamente es el Sol, nadie lo puede igualar, cierto es. También el respeto a la naturaleza, no puedes replicar todo lo que separa el cielo de la tierra, te regocijas de tenerlo.
3.- No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano. Aquí vemos que la biblia le da un nombre al que ha de luchar por unificar las fuerzas y proviene de las tierras donde se escribió este libro fincado en la tradición hebrea. Adonai para la tradición judía ortodoxa. En la edad media se buscó la combinación de consonantes YHWH para definir un nombre que pudiera popularizarse. En pocas palabras cumplir lo que has prometido, en lo regional debe haber promesas que se hicieron a los hebreos y se les solicitó no romperlas.
4.- El día de reposo está gobernado por Saturno o por el Sol, culturalmente sabemos qué representa, el uno y el otro; orden, límites, reglas y el Sol cultivo, cosecha, vida.
5.- Honra a tu padre y a tu madre. Son aquellos por los que has llegado a este lugar, la has llamado tu espacio y el terruño para vivir y prosperar, ellos te han convidado.
6.- No matarás. Sin distingo y en general, la idea es no matar, ni a un lado y tampoco al otro, no hay especificaciones, muy pocos lo cumplen.
7.- No cometerás adulterio. Esto es interesante, aquello con lo que te has comprometido ha impuesto reglas y códigos, no solo te casas con una mujer, o un hombre, lo haces con cada acto que compromete tus actividades y es todo lo que te convierte en responsable en la vida.
8.- No robarás. Aquí evidentemente no le quitarás al otro lo que ha trabajado y por lo que se ha esforzado, la inequidad impulsa a que muchos quieran o necesiten lo que a otros les sobra.
9.- No dirás falso testimonio contra tu prójimo. Tu palabra es el valor más grande que te encamina para decir lo que sientes y eres, podrás odiar a muchos, podrás herir su vulnerabilidad con palabras y engaños, al final de cuentas tendrás que definir para qué lo hiciste.
10.- No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Aquí notamos que, ante la hambruna y las diferencias sociales, muchos no sólo codician, sino que se enfrentan al poder de las grandes economías de una u otra forma, la palabra prójimo proviene del más cercano, el que delimita tu frontera, el que vive junto a tu casa, tu ciudad y tu entorno.
Debe estar conectado para enviar un comentario.