Posiblemente la idea de encontrar un planeta sustentable en el futuro nos impulse a meditar sobre la relevancia de lo que se conoce como el espacio denominado Ricitos de Oro, es decir, el lugar donde la proximidad de un planeta a su sol permite la posibilidad de vida y progreso.
Este concepto nos lleva a un análisis profundo de las condiciones ideales que han favorecido la existencia de la vida tal como la conocemos, lo que exige una valoración crítica de nuestro hogar en la Tierra.
Al considerar la diversidad de ecosistemas y la riqueza de recursos naturales que poseemos, resulta ineludible establecer comparaciones con la búsqueda de ese mundo perfecto que podría satisfacer nuestras necesidades sin menoscabar el equilibrio del entorno.
El tratamiento de este tema invita a reflexionar sobre lo afortunados que somos al habitar un lugar que nos ha brindado la posibilidad de vivir y desarrollar actividades que fomentan el avance de las civilizaciones que cohabitan el planeta Tierra, actividades que no solo deben enfocarse en el desarrollo material, sino también en la construcción de culturas y relaciones interpersonales que enriquezcan nuestra existencia.
Asimismo, es imperativo que este sentido de gratitud se traduzca en un compromiso serio por preservar nuestro entorno y buscar un desarrollo sostenible que asegure que las generaciones futuras puedan también disfrutar de las maravillas que ofrece nuestro planeta.

Las cenizas se alzan en el cielo
El mundo es un momento
La brisa seca toca los rostros
De todos aquellos que sembraron

Todo se fue
Todo cambio
La vida dejó de ser

Entonces migramos, entendimos que este planeta estaba en un momento de quiebre…
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