Para el navegante, hacer clic en el teléfono de la empresa de aquella mujer cambió su visión de lo que esperaba de los demás; entendió qué podía hacer más con la ayuda de las personas adecuadas…

Al salir de ahí, observó el cielo de aquella tarde y comprendió que a veces es bueno creer que el universo conspira a nuestro favor, encendido como una de las telas de la vela que aquella mujer realizaría para su nave, y se dijo:

El poder lo es todo...
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