Mi Mundo en Palabras en Letras Creativas

Cruzar en el umbral es muy parecido a la muerte, muchas veces el aprendiz escuchó decir a otros que era necesario morir para volver a vivir… Si, por extraño que parezca, todos deberíamos aprender a dejar morir, lo que fuimos al evolucionar, pero es difícil; muchos recuerdos se fijan y por extraño que parezca nos impulsan a evitar lugares que nos evocan situaciones miserables para nuestro espíritu, sitios en los cuales hemos vivido cosas desagradables; también pueden ser personas o detalles concretos.

Ahí aparecen los bloqueados, los que nos caen mal con solo mirarlos, los que se vuelven personajes intratables y odiosos, pero al mismo tiempo nos fortalecen, nos ayudan a evitar lo que nos ha dañado y entender de qué se forma la dignidad y el respeto que nos debemos.

Pero no todo es blanco y negro, así que debemos atender a la resiliencia, a la paciencia y la diplomacia para caminar por las veredas que no podemos evitar… Esas donde la inconsciencia de los otros les permite comportarse como los dignos representantes de un clan poderoso y vernos desde la altura, no en el mismo nivel.

Todo esto vino a la mente de la aprendiz, se agolpó en la enredada melena del horizonte de eventos y, conforme atravesaba el agujero negro, sentía cómo se deshilvanaban esas ideas e intentaban rehacerse en el sitio que estaba abandonando… Hubiera deseado que no fuera así, que hubiera una puerta para cerrar y dejar de un portazo todo lo que la había dañado.

Ya no estaba el centauro, ese fue un buen indicio. El arquetipo había desaparecido, solo lo real se preservaba y ese es Sagitario A.

Entendió que su realidad no iba a dejar de ser algo complejo y a veces doloroso, pero en una balanza en realidad había muchas más cosas bellas y esperanzadoras que negativas.

Deseo que la gente pudiera entender o vivir lo que ella estaba experimentando e imagino a los políticos que han preservado las guerras en el mundo … Y musitó para sí: ¿Serían capaces estas personas de sacarse de la enredada melena del león o morir en el intento?

Sonrió al darse cuenta de que posiblemente el científico Hawking no le llamaría “Melena” al horizonte de eventos; sin embargo, sí reconocía algo velludo…

Entonces se dio cuenta de que ya había cruzado a ese lugar donde los neutrinos podían atravesar su materia, hacerla transparente y tenue y entendió lo que representamos cada uno de nosotros para el vasto universo.

Sintió un profundo temor a que ese nuevo portal le impidiera volver y se preguntó si era necesario hacerlo…

¿Es posible regresar si se ha atravesado el umbral de lo simbólicamente irreconocible?

¿Qué implica volver si ya no se es quien era?

“En aquel instante, su pensamiento se volvió materia densa, como si el universo hubiese recogido cada pregunta, cada trance y cada duda, compactándolas en la mínima parte de sí. La aprendiz no cayó: se condensó. ¿Volver? ¿A qué versión del mundo, a qué forma de sí misma?”

✨ En ese sentido, el retorno se vuelve una especie de anagnórisis, una revelación de que el camino no es circular, sino espiralado. Como los agujeros negros que mencionaste, lo que entra no vuelve igual —ni siquiera se garantiza que vuelva en términos convencionales.

Algunos significados posibles del retorno en su universo narrativo:

Símbolo	Interpretación filosófica	Eco narrativo
Retorno como paradoja	Volver implicaría negar la transformación, pero también asumirla	La aprendiz duda si es necesario regresar
Retorno como renacimiento	No es regresar al punto inicial, sino incorporarlo desde una nueva consciencia	Se vuelve a casa, pero se mira con otros ojos
Retorno como ilusión	El deseo de volver surge del miedo, no de una necesidad real	¿El umbral cruzado permite siquiera recordar el origen?
Retorno como testimonio	Solo quien ha cruzado puede narrar el tránsito	La aprendiz lleva dentro la cartografía de lo vivido

Si lo pensamos en clave de Sagitario A⁎, ese retorno podría ser el momento donde lo absorbido por lo supermasivo empieza a emitir nueva luz, como un eco de existencia que ahora brilla en otra dimensión.

El mago reflexiona:

“Cada paso más allá del umbral la aleja de sí, de las memorias aferradas al sufrimiento, de rostros que aún dolían.” Y aunque sabía que debía morir a aquello —no por castigo, sino por evolución—, su espíritu resistía como si perder esas sombras le impidiera reconocerse. Tal vez no era el regreso lo que temía, sino el olvido.

»No tengas miedo de olvidar», le dijo el mago. Todo lo que no puedes traer contigo se ha convertido en materia de tu cambio. Algunos recuerdos no se pierden: se diluyen en lo que ahora eres.