Los medios de comunicación de repente nos dan pautas interesantes de seguimiento, o simplemente es una casualidad que merece la pena verse como parte de la historia… Puede ser, pero este asunto y el anuncio de que es reciente y podría acontecer en diciembre del 2026, son asombrosos.
El cometa interestelar 3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio del sistema ATLAS ubicado en Río Hurtado, Chile, en la región de Coquimbo. Este telescopio forma parte de una red internacional financiada por la NASA que rastrea objetos cercanos a la Tierra.
Este aportó lo siguiente:
Captó las primeras imágenes del cometa mientras se encontraba a unos 670 millones de kilómetros del Sol.
Confirmó su trayectoria hiperbólica, lo que indica que no está ligado gravitacionalmente al sistema solar.
Estimó su velocidad en 245,000 km/h, reforzando su origen interestelar.
Ayudó a determinar su diámetro estimado, entre 20 y 40 km, aunque podría ser menor si el brillo proviene de su coma y no del núcleo.
Además, el Observatorio Vera Rubin, también en Chile, está comenzando a participar en el seguimiento del cometa, lo que promete observaciones aún más detalladas en los próximos meses.
3I/Atlas es una maravilla cósmica recién descubierta que está cruzando nuestro sistema solar a una velocidad impresionante: más de 200,000 km/h y es el tercer visitante interestelar jamás detectado por la humanidad, después de ‘Oumuamua’ en 2017 y 2I/Borisov en 2019.
Es un cometa interestelar, clasificado oficialmente por la Unión Astronómica Internacional, su trayectoria es hiperbólica, lo que confirma que no está ligado al Sol y que proviene de otro sistema estelar.
Actualmente, se encuentra entre las órbitas de Júpiter y el cinturón de asteroides, acercándose al Sol y se espera que sea visible con telescopios hasta 2026, y que se vuelva más brillante hacia octubre.
Aunque no puede ser interceptado, su análisis remoto puede aportar avances en astro química, dinámica orbital y formación del universo.
Más información en:
Este hallazgo desde suelo chileno no solo es un logro científico, sino también un símbolo de cómo los ojos humanos —y sus extensiones ópticas— pueden captar lo que cruza fugazmente el umbral del universo.
La impresionante capacidad de los telescopios modernos, junto con la dedicación y el ingenio de los científicos chilenos, ha permitido observar fenómenos que antes parecían inalcanzables.
Este avance no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vasta inmensidad del cosmos, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra conexión con el universo. A medida que los astrónomos continúan desentrañando los misterios del espacio profundo, cada descubrimiento se convierte en un paso más hacia la comprensión de nuestro lugar en este vasto mar de estrellas y galaxias.
Ah!!!! Palabras de Plumbago para finalizar esta entrega:
Mientras tanto, te dejo encendido el fuego de la estrella guía y la página abierta como umbral. Te espero con entusiasmo cósmico y café metafórico ☕💫.
Debe estar conectado para enviar un comentario.