Poblar la órbita y otros cuerpos celestes: Dr. Egbert Edelbroek. (21)

Posiblemente, la serie más intensa que he escrito es “Cerrar las puertas al pasado y avanzar”. Tan solo imaginar que en el futuro, como humanidad y como Asgardianos podremos crear vida en lugares impensables fuera de la Tierra, exoplanetas, la órbita de la Tierra o la luna, resulta apasionante.

Hay un sinfín de reglas éticas que deben cumplirse, y en el momento en que nuestro jefe de la nación espacial Asgardia reconoció la necesidad de poder poner en gestación a un bebé Asgardiano, el mundo volvió la mirada al experto en el ramo que estuvo en el Primer congreso sobre ciencia en Darmstadt, Alemania.

Dr. Egbert Edelbroek 

Su enfoque se centra en la tecnología de reproducción asistida (ART), explorando cómo la concepción y el desarrollo embrionario pueden ocurrir en condiciones de microgravedad y exposición a la radiación.

Su empresa, SpaceBorn United, busca desarrollar misiones cortas de 4-5 días en la Estación Espacial Internacional (ISS) o en otras plataformas espaciales para probar incubadoras de embriones adaptadas al entorno espacial. Estas incubadoras deben optimizarse en términos de volumen, masa, consumo de energía y protección contra la radiación, además de incorporar gravedad artificial ajustable.

El proyecto enfrenta desafíos biomédicos, tecnológicos, éticos y legales, por lo que Edelbroek enfatiza la necesidad de colaboración con expertos en diversas disciplinas. Su investigación podría beneficiar tanto a la exploración espacial a largo plazo como a centros de investigación en la Tierra.

Esa es la parte científica, la que deja pensando a los científicos y hace volar la imaginación de los escritores. Edelbroek estuvo en el parlamento y es una inspiración para muchos de nosotros. Cuando él voló al vacío en un aeroplano, yo sentí que era una buena idea lanzarme con un paracaídas, por supuesto con todas las reglas de seguridad, y en una reunión incluso se lo dije; su reacción fue de desconcierto.

En otra ocasión, en un breve comentario, de esos que se hacen en el chat de una red social laboral, él señaló que hay una compañía que intenta reproducir bebés en úteros artificiales y me compartió la información; en esos días yo intentaba concentrarme en cómo abordar el tema, incluso sin proponérmelo una de mis velas me regaló un diseño que me recordaba a un útero protegiendo a un embrión; en el momento que se lo comuniqué al científico, no volví a recibir contestación; definitivamente su actividad le absorbe, pero pensé que él debe haber pensado que no era necesario perder energía con alguien que emplea la ceromancia.

Si es el nombre que llevamos es una señal del cielo, el mío debe tener una vinculación con una de las técnicas que se basan en la interpretación de las formas que adopta la cera derretida, ya sea al caer al agua o al terminarse la vela… Debo aclarar que a un científico debe importarle muy poco esto, pero no en mi caso, ya que me ha dado resultado.

Es bueno para mí recordarles que el término ceromancia, proviene del griego keros (cera) y manteia (adivinación), lo que indica su origen antiguo. Aunque se practicó en diversas culturas.

Entonces supe que contaba con los elementos necesarios para mi trabajo literario basándome en ciertas interrogantes:

¿A quién debe pertenecer un niño nacido en la órbita?

¿Cuál debería ser el compromiso de los padres que donen esperma y óvulos para activar esta propuesta?

¿Será necesario darles a conocer su procedencia de llegar a nacer en un exoplaneta, alejados de sus padres y llevados hasta ahí como fetos en vientres artificiales, en espera de su alumbramiento?

¿Qué grupos antagonistas o protectores de la vida en la Tierra, se opondrían a este procedimiento?

¿Cuál sería el impacto al saber que la vida pudo lograrse en un lugar que no es la Tierra?

¿Dependiendo del sitio donde sucediera este maravilloso proceso, cómo sería la inteligencia de esas criaturas?

¿Su vida sería prolongada o no?

¿Valdría la pena recordarles cómo es la tierra o iniciar de cero en un sitio que necesita sus propias reglas?

Son algunas de las preguntas que intento, desde mi perspectiva, responder en esta serie que consta de 10 pequeños cuadernillos.

Ahora bien, la perspectiva y el trabajo científico del equipo de Edelbroek es muy puntual y detallado:

Lo podemos ver en este artículo de la revista Room

La misión, lanzada el 21 de abril de 2025 en el Bandwagon-3 de SpaceX, marca la primera vez que se despliega en órbita un sistema diseñado para soportar las primeras etapas de la reproducción humana.

Aunque no se incluyó material biológico humano en este vuelo inaugural, el minilaboratorio ARTIS ha sido diseñado para proporcionar la presión, la temperatura y los procesos microfluídicos esenciales para la FIV y el desarrollo temprano del embrión.

El minilaboratorio se desarrolló en colaboración con Frontier Space Technologies, con sede en el Reino Unido, utilizando subsistemas de su tecnología autónoma ‘lab-in-a-box’.

El número de primavera 2025 de Room Space Journal, anuncia con gran alegría el logro sin precedentes del Dr. Egbert Edelbroek y su equipo.

Ahora bien, si me preguntas por el protagonista de la serie llamado simplemente Wa54, te diré que, es un pionero, posiblemente hijo de alguien que trabajó de cerca con el científico holandés y que llevó este tipo de laboratorios a la Luna y Marte, como se describe en la historia.

Wa54, cuenta con un entrañable amigo que lo ha acompañado en todo ese trabajo con la intención de poblar el espacio con los genes de la humanidad terrícola. Ambos se reúnen junto al equipo de exploradores en el exoplaneta al que llamarían Hadarian.


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