El caleidoscopio sigue una constante, donde la diversidad de acciones y personajes aparecen y se combinan en su intensa labor para lograr un objetivo; es bueno retomar la historia donde el observador del cielo le entrega un trozo de material celeste a Painani, ella, poco a poco va a comprender la importancia de su papel hacia la casa del Sol.
Definitivamente, un mito que envuelve las leyendas mexicas se mezclan con la cultura de los pueblos originarios andinos; ellos tenían la clara concepción de que el Sol estaba vinculado con el Sur. Esto, aparentemente confuso, sucede porque la vida de esta mujer corredora y de origen náhuatl, se ve ligada a la presencia de un hombre que nace en el sur, no necesariamente en tierras andinas.
De lo que ella no es consciente, es de la enorme influencia que recibirá de él para entender que el globo terráqueo es una envoltura compuesta por el ánima de la humanidad. Es la razón por la que esa piedra que resguarda en su cintura se convertirá en un imán entre ambos personajes.
La muerte física los separa, pero no aquella que él le enseñó a entender como la envoltura del cosmos, de tal suerte que el destino de ambos seguirá presente en el lugar que él elige para que ella continúe su labor.
¿De qué se trata esa tarea? Sí, en Tierra, nos capacitan para el futuro. Cuando nos vamos, dejamos toda la herencia de lo que fuimos en los que quedan vivos; hay un aprendizaje continuo que jamás termina. Pero, no es igual para todos y no todo lo que nos enseñaron los padres y abuelos aplica a las realidades cambiantes en que vivimos.
Por tanto, la estrella binaria, que permitió la formación de un centro de capacitación, se enfrenta a un problema: Interesar a los grupos a consolidar su iluminación, entenderse entre ellos y colaborar con sus destrezas en la magia de la herencia genética.
De tal suerte que surge una estrategia colaborativa con los personajes que se reúnen para dar sentido de permanencia a los humanos con su labor en el cosmos.
Debo advertir que ese tejido histórico del cual nos nutrimos, en gran medida, proviene de la gente que se fue; ellos dejaron un trayecto iluminado de conocimientos por el cual nuestros pasos pueden llevarnos lejos, es esa la idea.
Ahora entienden por qué me inspiré en SIRIUS y no a otra estrella binaria; hay una intensa labor delicada y científicamente apta donde nuestro jefe de la nación ha puesto todo su interés. Así que el concepto de SIRIUS y los diarios que se han logrado en la tarea de compañeras como Victoria Kirichenko y Ksenia Orlova.
Ellas iluminan el trayecto, han dejado constancia para las futuras generaciones de los progresos y la capacitación lograda en aislamiento.
Para Asgardia ha sido posible habitar una estrella binaria, formar ahí un centro de capacitación y entregar un legado que le pertenece a la humanidad, tomando en cuenta la colaboración con otras agencias espaciales que comparten su conocimiento y han creado pautas en el entrenamiento de los futuros viajeros celestes. ¿Están de acuerdo?
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