El navegante dio un sorbo al café que tenía al frente y se llevó las manos a las sienes, nervioso y sin comprender qué estaba sucediendo; por primera vez su adiestramiento y disciplina estaban siendo cuestionados. En ese momento preguntó:
—Me está informando que hasta el 28 o 29 me será entregado el trabajo y que no necesito ponerlo a prueba; usted confía en la resistencia de su trabajo de una forma impresionante, explíqueme un poco sobre esto, por favor.
La mujer exclamó con paciencia que uno de los materiales más importantes que garantizaban su trabajo se sustentaba en la magnetita y añadió:
—Usted reconoce que los neutrinos, la materia oscura y las ondulaciones en el espacio-tiempo constantemente nos atraviesan y que no es a eso a lo que debe temer; su habilidad lo llevará por espacios diversos y con ello su destreza asegura cada momento.
La frecuencia de onda de cada color en las velas solicitadas no es solamente simbólica.
Así que prepare sus pertrechos, sus comestibles, congele sus citas posteriores al ciclo lunar y mi equipo le entregará en el puerto de embarque mi trabajo.
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