El navegante se despertó nervioso y con ánimo de poder hacer con su vida lo que fuera necesario para lograr el objetivo; al mismo tiempo, el temor se apoderó de él al preguntarse:
—¿Qué define al universo como para confiar a la flecha calendárica mis propósitos? Todo esto implica que tengo la posibilidad de llevar un instrumento físico a un ambiente cuántico y de tal suerte expandir el mensaje. Los humanos hemos hecho esto desde que surgió la red de la triple W.
Ahora mismo la manufacturera está diseñando tres maravillosas redes; tendré mis tres W viajando por el hiperesapacio… ¡¡¡¡Ah!!!!

Con dos materiales superconductores separados por una barrera muy delgada, que puede ser un aislante, un metal normal o una constricción física. Esas son mis velas, tres diferentes materiales dispuestos a lograr con mi nave la travesía…
Lo sorprendente es que, gracias al fenómeno de túnel cuántico, todo esto puede fluir gracias a una corriente eléctrica sin que se aplique voltaje. Esta corriente se llama supercorriente.
Para mí, esa corriente es el viento cósmico, la fuerza de las mareas y las corrientes que surcan el planeta con vientos diversos.
El navegante sabía perfectamente que no era necesaria la presencia física para provocar reflexiones en los demás, pero sí se requería de una constante que dinamizara ese fluir constante y efectivo.
Referencias biblbiográfica:
Premio Nobel de Física
En 1973, Josephson recibió el Nobel junto a Leo Esaki e Ivar Giaever. La mitad del premio fue para Josephson por sus predicciones teóricas sobre el comportamiento de supercorrientes en barreras de túnel, y la otra mitad para Esaki y Giaever por sus descubrimientos experimentales sobre el fenómeno de túnel en semiconductores y superconductores.
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