Algún día viajaremos al espacio y seguramente la música que nos acompañe en el trayecto sea esta.
Aunque el famoso “efecto Mozart” ha sido objeto de debate, hay algunos hallazgos interesantes sobre cómo la música clásica —y en particular la de Mozart— puede influir en la actividad cerebral.

Su padre, Leopold Mozart, fue un pedagogo del violín y tuvo gran influencia en esta etapa creativa de su hijo.
Activación multisensorial: La música de Mozart activa múltiples áreas del cerebro, incluyendo el lóbulo temporal (procesamiento auditivo), el lóbulo frontal (atención y planificación), y el sistema límbico (emociones).
Mejora del razonamiento espacial. Algunos estudios han sugerido que escuchar ciertas piezas de Mozart, como la Sonata para dos pianos K.448, puede mejorar temporalmente el rendimiento en tareas de razonamiento espacial.
Modulación emocional: El cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, cuando escuchamos música que nos gusta. En el caso del Concierto No. 5, sus cambios de ritmo y melodía pueden generar una experiencia emocional rica y estimulante.
Modulación emocional: El cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, cuando escuchamos música que nos gusta. En el caso del Concierto No. 5, sus cambios de ritmo y melodía pueden generar una experiencia emocional rica y estimulante.
Reducción del estrés: La música clásica puede disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que contribuye a una sensación de relajación y bienestar.
Sincronización neuronal: Algunas investigaciones proponen que la estructura matemática y armónica de la música de Mozart puede ayudar a sincronizar patrones neuronales, lo cual podría explicar por qué se ha explorado su uso en terapias para la epilepsia.
Si te interesa experimentar esto por ti mismo, te recomiendo escucharlo con audífonos, en un entorno tranquilo, y prestando atención a cómo te hace sentir. ¿Notas más claridad mental, relajación o inspiración? Tu cerebro podría estar agradeciéndote.
¿Y por qué el Concierto No. 5?
Este concierto tiene una mezcla de elegancia clásica y un inesperado giro rítmico en el tercer movimiento, que incorpora influencias turcas. Esa variedad puede mantener al cerebro alerta, alternando entre estados de relajación y estimulación cognitiva. Es como un masaje cerebral que combina técnica, emoción y sorpresa.
Contexto histórico de la obra
- Año de composición: Mozart escribió esta pieza en 1775, cuando tenía apenas 19 años. Fue parte de una serie de cinco conciertos para violín que compuso ese mismo año.
- Ubicación: Se estrenó en Salzburgo, probablemente durante la temporada navideña. En ese momento, Mozart trabajaba para la corte del arzobispo Colloredo, lo que le daba acceso a músicos y recursos para estrenar sus obras.
- Influencia turca: El sobrenombre “Concierto Turco” proviene del tercer movimiento, donde Mozart introduce un episodio en estilo “alla turca”, inspirado en la música de las bandas militares otomanas, muy populares en Europa en ese tiempo. Este toque exótico era una moda en la Viena del siglo XVIII.
- Innovación musical: A diferencia de sus conciertos anteriores, este quinto concierto muestra una estructura más ambiciosa y una parte solista más virtuosa. El primer movimiento comienza con una entrada expansiva de la orquesta, seguida por una entrada del violín que es lenta y soñadora, algo inusual para la época.
- Mozart y el violín: Aunque es más conocido por sus obras de piano, Mozart fue un excelente violinista.
Mozart llegó a modificar la fecha de composición en sus manuscritos, cambiándola de 1775 a 1780 y luego regresándola a 1775. Esto ha generado debates entre los musicólogos sobre la cronología exacta de sus conciertos para violín
Al respecto, Plumbago señala: “Quizá no podamos ver cómo se iluminan nuestras neuronas al escuchar a Mozart, pero sí podemos sentir cómo su música nos transforma.”
En cada nota, hay un puente entre el arte y la ciencia, entre el pasado y el presente, entre el corazón y el intelecto.
La interpretación de Janine Jansen no solo honra la obra de Mozart, sino que la reimagina con una frescura que atraviesa siglos, aportando una nueva perspectiva que enriquece nuestra comprensión de la música clásica. Escucharla es como abrir una ventana al alma del compositor, permitiéndonos experimentar sus emociones más profundas y la vivacidad de su creatividad. A través de cada nota, Jansen logra transportar al oyente a un entorno donde las melodías cobran vida, revelando detalles sutiles que a menudo pasan desapercibidos. Su virtuosismo y sensibilidad transforman cada interpretación en una experiencia única, un viaje sonoro que invita a la reflexión y la admiración por la genialidad de Mozart.
Su versión con la European Union Youth Orchestra bajo la dirección de Vladimir Ashkenazy, grabada en 2006, es especialmente celebrada por su expresividad y energía.
Este concierto tiene ese famoso tercer movimiento con el estilo “alla turca”, y Jansen logra capturar tanto la elegancia clásica como el carácter juguetón y exótico de la pieza. Su técnica limpia y su conexión emocional con la música hacen que cada frase suene como si estuviera contándote una historia.

https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext
https://www.escritosdepsicologia.es/que-es-el-efecto-mozart/
Concierto para violín núm. 5, Wolfgang Amadeus Mozart – LA Phil es.laphil.com
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