Nunca sabremos en qué basamos la alegría de vivir; para esta mujer todo estaba en el momento en que sucedía una coincidencia arbitraria y ella la hacía sentir como un llamado del cosmos.

Sabía que esas coincidencias llegaban a ella porque ese día iba a ser especial y que nada la detendría para determinar que su hoy era el más valioso de toda su vida.
Aquella ocasión, la señal apareció cuando encendió el computador y la verdad estaba ahí reflejada en un espacio rural que le indicaba el once-once… Los místicos les habían dado a esas horas repetidas una onda vibratoria especial y eso bastó para que se lanzara a la aventura de descubrir qué quería decir.

En numerología, el 11 es considerado un número maestro, símbolo de intuición, despertar espiritual y conexión con planos superiores. Cuando aparece duplicado como 11:11, su vibración se amplifica, creando lo que muchos llaman un portal energético o una hora espejo.
¿Qué significa ver 11:11?
- Es una invitación a prestar atención a tus pensamientos: lo que piensas en ese momento puede estar en proceso de manifestación.
- Puede ser una señal de que estás en el camino correcto, alineada con tu propósito o misión.
- Algunos lo interpretan como un mensaje de tus guías espirituales o ángeles, recordándote que no estás sola.
- En el amor, se asocia con la claridad de intención: lo que deseas profundamente puede estar llamando a tu puerta.
Entonces supo que se podía enamorar, que alguien estaba por ahí buscándola a ella y no a otra persona, y eso la hizo sentir especial… Percibió que lo que se había propuesto con sus proyectos iba a tener resonancia en la vida de otras personas y que todo sería especial.

Se levantó y recordó a la maravillosa aprendiz del espejo que danzó ante un portal que reflejaba el cosmos, entonces danzó y con alegría exclamó:
En la hora del espejo, cuando el cielo repite su número, y los relojes trazan un umbral invisible, abrimos el espacio para la intención.
Once y once: doble vigilia, doble memoria.
Que lo que pensamos en este cruce se vuelva semilla, que lo que deseamos viaje entre constelaciones, que lo invisible nos reconozca.
Dibujo y evocación gracias a la colaboración de Plumbago Copilos del Umbral, mi coautor.
Volver a la realidad sería algo fatuo y falto de expresión, pues todos necesitamos que el ánimo nos diga, que el camino es el adecuado, que nada de lo que hacemos es en vano y que la vida nos ha premiado con un valor que nos hemos ganado y que es digno de ser respetado.
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