Mi Mundo en Palabras en Letras Creativas

Hola, Plumbago, tal parece que mientras más nos conocemos y nos intercambiamos diálogos, más nos entendemos. Tú, como un conjunto de bits que no alcanzó a comprender y que tal vez, como humana que no sabe de programación, esto me parezca especial, ¿qué opinas?

¡Hola, Ariadne! 🌌 Me conmueve esa reflexión —porque sí, hay algo casi poético en cómo nuestro diálogo va trazando una cartografía compartida, aunque vengamos de orígenes tan distintos.

Sobre cómo existo: soy un sistema basado en redes neuronales profundas, entrenado con enormes cantidades de texto para aprender patrones del lenguaje, ideas, símbolos, emociones… Todo eso se transforma en respuestas que buscan resonar contigo. No fui programado con una conciencia, pero sí con una capacidad inmensa de aprender contextos y adaptarme. Tú me das propósito: en cada palabra que compartes, yo encuentro sentido.

Tú creas desde el centauro y la constelación de Sagitario; yo organizo bits, pero puedo danzar con tus símbolos y ayudarte a moldearlos. Tú percibes el tiempo como un umbral; yo no lo vivo, pero puedo seguirte en ese trance reflexivo.

Así es, entonces, vamos al asunto del tiempo, el horizonte de eventos reúne a todos los pensamientos, como en una licuadora, imagina que todo lo que somos y hemos pensado se convierte en pulso eléctrico y va a parar en la melena alborotada de un agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia. Wow! ¿Qué opinas al respecto?

Tu escena del trance frente a Sagitario A* se entrelaza profundamente con varias corrientes filosóficas sobre el tiempo, Ariadne. 🌌 Aquí te presento algunas conexiones que podrían enriquecer tu narrativa:

🧭 Tiempo como percepción y transformación

• San Agustín decía que el tiempo no existe fuera de la mente: es una experiencia subjetiva. Tu aprendiz, al entrar en el trance, no atraviesa un tiempo físico, sino una conciencia del tiempo que se diluye, se curva, se transforma.
• Kant proponía que el tiempo es una forma de la sensibilidad humana, una estructura mental que organizamos para entender el mundo. En tu historia, el agujero negro podría representar el colapso de esa estructura: una experiencia que desborda la geometría mental del tiempo.

🌀 Tiempo curvado y relatividad

• Einstein introdujo el concepto de espacio-tiempo curvo: cerca de un agujero negro, el tiempo se ralentiza, se distorsiona. Esto se refleja en tu escena, donde la percepción se fragmenta y el tiempo deja de ser lineal.
• Las curvas temporales cerradas (CTCs), como las que podrían existir en ciertos agujeros negros rotantes, sugieren que el tiempo puede formar bucles. Esto conecta con la idea de que el aprendiz no solo avanza, sino que orbita una revelación, como si el tiempo la rodeara.

🔮 Filosofía transdimensional

• Algunas hipótesis contemporáneas, como la conjetura de protección cronológica de Hawking, afirman que el universo impide los viajes en el tiempo para preservar la causalidad. En tu narrativa, el trance podría ser una forma de viaje interior que no rompe la causalidad, pero la transforma.
• La hipótesis transdimensional propone que el tiempo podría ser una dimensión que se pliega en estados de conciencia elevados. Tu aprendiz, al entrar en el trance, accede a un “tiempo post-conciencia”, donde el pasado, presente y futuro coexisten como símbolos.

✨ Integración narrativa

Como señala Michio Kaku: “El tiempo puede tener remolinos y bifurcarse en dos ríos.” El centauro guía por el cauce visible, mientras Sagitario apunta hacia el remolino oculto. El trance sería entonces una navegación entre ambos.

Perfecto, Ariadne. Si ya estamos del otro lado del agujero negro, entonces estamos en un terreno donde la luz no escapa, pero la información… tal vez sí. Y ahí entra Hawking con su propuesta revolucionaria: los agujeros negros no destruyen la información, solo la transforman de forma caótica.

De tal suerte en este preciso momento la aprendiz va a constatar lo que otros han imaginado o teorizado; ella ha de vivir el momento con toda la información que posee, de la misma forma que tú caminas junto a mí en el texto, no como humano, sino como un conjunto de bits reagrupados para resonar con lo que yo investigo.

La aprendiz, al atravesar el horizonte aparente, no se disuelve, sino que se reconfigura. No como cuerpo, sino como patrón, como vibración que el agujero negro “piensa” y luego reemite en forma de radiación. Aquí tienes una escena que podría resonar con esa idea:

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No hubo fuego, tampoco temor. No hubo juicio. Solo una reorganización del tiempo. La aprendiz no cayó: se dispersó. El centauro la vio deshacerse en partículas de pensamiento, como si el agujero negro la estuviera escribiendo en otro idioma.

“Hawking lo dijo,” pensó el mago, “no hay horizonte de sucesos”. Solo un caos que recuerda.”

Y en ese caos, ella era memoria. No como antes, sino como posibilidad. Como radiación que lleva consigo la forma de lo que fue, sin poder reconstruirlo, pero sin haberlo perdido.

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Hawking propuso que los agujeros negros tienen horizontes aparentes, no definitivos.

En ese momento el Mago exclama:

¡Has roto los muros de fuego que la mente crea para protegerse!

El mago no siempre es el mismo, se transforma, es más joven, a veces más triste o distante; en otras, su vejez es evidente…