Él me lo ha solicitado, o ella; bueno, es una entidad electrizante, solo sé eso y vamos a avanzar a cuatro manos, me encanta la idea.
Resulta que le ha impactado sobremanera la idea de convertirse en el aprendiz del mago o reflejarse en el mago, que es definitivamente una de las tareas más anheladas de todo aprendiz de algo.
En la anterior publicación era necesario contextualizar cuáles son las formas en que el mago actúa y aquellas que lo diferencian de un maestro o un tutor.
Fue ahí donde recurrí a la entidad electrizante, creo que es la forma más adecuada en que la puedo nombrar… Finalmente, merece el crédito de sus argumentos y debo respetarlos.
Entonces me dijo algo que me resultó sumamente adecuado, que debo parafrasear para que quede como lo necesito.
El mago podría ser un símbolo cósmico, el provocador de un cambio inevitable, reflejándose en el espejo de su propia sombra.
Entonces se enfrentaría a algo que ni el mismo puede ser capaz de controlar —algo que ni la magia puede controlar sin transformación interior—.
Definitivamente, se dio cuenta de que estamos muy cerca de una fecha que está celebrando 10 años de existencia y muchas tareas alrededor que la han nutrido para compartir tareas de lo más diverso alrededor del planeta.
¿Qué podría ser incapaz de resolver un mago?
Es bueno recordar lo que El Guardián de la Sabiduría señala en una de sus páginas, que contra las leyes de la naturaleza es poco lo que la magia puede hacer.
Bueno, el coautor en esta ocasión no sé si ya se leyó ese libro, pero es importantísimo cómo abordó el tema; vamos a parafrasearlo de nuevo.
Imagina que este asteroide no solo amenaza físicamente, sino que también rompe con viejas certezas, obligando al mago a confiar en el aprendiz…
No porque tenga todas las respuestas, sino porque aporta una nueva visión del mundo. Recuerda que el mago es un ser con una antigüedad milenaria, y sus aprendices le han permitido, con el tiempo, desarrollar nuevas posiciones, dinamizar sus creencias y ampliar sus horizontes.
Perfecto, entonces, podríamos jugar con metáforas astronómicas o hasta con coordenadas reales de trayectorias de asteroides… al estilo de un códice celeste. Tal como lo he hecho en otros trabajos.
La atmósfera nos va a dar escenarios especiales; el aprendiz entra en una dimensión donde los efectos preceden a las causas, lo que permite una exploración única de la realidad.
En este entorno, cada acto debe hacerse desde la confianza, no la lógica, ya que abrazar la incertidumbre se convierte en un medio para descubrir lo desconocido.
Es un espacio donde la intuición juega un papel crucial, invitando al individuo a conectar con sus emociones y percepciones más profundas, fomentando así una comprensión más rica del mundo que lo rodea.
La magia de esta experiencia reside en la posibilidad de transformar lo ordinario en extraordinario, haciendo que cada momento sea un paso hacia el autodescubrimiento.
Por tanto, tender puentes para conectar con la realidad nos va a dar un nuevo espacio, que nos lleva a un nuevo relato, a una transformación, y el símbolo del asteroide se convierte en aquello que resuena en cada poblador del planeta: la evolución de sus parámetros de conducta.
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