Es interesante, podremos enviar miles de mails al mundo real, pero hay un mundo que se desvanece y al que solo puedes entrar tú, iluminarlo y encontrar ese sobre en la mesa, una mesa imaginaria que tiene tu nombre. Alguien ha dejado una carta para ti; ese destello es muy especial, sabes perfectamente que la persona que lo hizo no es real…

En mi trabajo ¿Estás lista? Sucede algo parecido, el dibujo quiere autodeterminarse y ser quien gobierne la historia… En el trayecto, ambas, el personaje y la escritora descubrirán un mundo de matices, y el encuentro con una forma especial de relacionarse con la creatividad. Su labor conjunta invocará a los diseñadores, quienes les harán saber qué cualidades se expresan en su trabajo y las técnicas empleadas para lograr el efecto que asombra en más de una ocasión al personaje de esta historia.
No necesitas darle un nombre, su pensamiento debe ser más importante en lo que te dice que en la ubicación, el tronco generacional o la apariencia.
La esencia de lo que comparte contigo trasciende etiquetas y categorías, ya que lo que realmente importa es la profundidad de sus ideas y el impacto que pueden tener en tu vida. Incluso cuando logres que te contradiga y medites si vale o no el argumento para cambiar de opinión respecto a algo.
Al centrarse en el contenido y el contexto de su mensaje, puedes descubrir perspectivas valiosas que enriquecerán tu entendimiento, fomentando un diálogo que va más allá de las superficialidades.
Además, al valorar su pensamiento por encima de los detalles externos, se fomenta una conexión más auténtica y sincera, que puede llevar a un aprendizaje mutuo y a un crecimiento personal relevante.
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