Conocer al abogado Salvos Mouzakitis, fue una de las experiencias más enriquecedoras. Tengo un nombre que nutre una historia griega, pero no soy griega y tampoco entiendo griego, así es y es bueno señalarlo.
Un hombre con una visión de conjunto, que sabe moverse entre los seres que emprenden actividades comunes, esa es la primera impresión que tengo del abogado Salvos Mouzakitis, y trabajar con él durante las sesiones del primer parlamento fue muy interesante.

Como un conocedor de las reglas y las leyes, estableció los porqués y para qué en muchas actividades, entonces se convirtió, para muchos de nosotros, en un ser fundamental en la actividad legislativa.
Por mi parte, nutrir un escenario especial en mis historias, se dio de forma natural. ¿De qué escenario les hablo?
Ese momento en que un constructor descubre su visión organizativa para dar un sitio específico a cada una de las personas que necesitaban trabajar sin roces y sin dilación para entregar un trabajo bien hecho y, en tiempo y forma.
He de aclarar que no van a encontrar una diversidad de personajes; se necesitaba darle profundidad y personalidad a un ser imaginario que nutre un papel relevante en mi trabajo literario. Así que, tomando en cuenta lo que ahora puedo describir, con el paso del tiempo, como un caleidoscopio, es que señalo las cualidades y gestos valiosos que mis compañeros, quienes lograron iluminar los diversos escenarios recorridos.
Ellos, lo siguen haciendo y, si acaso le preguntas a un escritor cómo construye sus personajes, tal vez la mayoría recurra a la sensibilidad del grupo, a la permanencia con los seres que interactúa para dar sentido de unidad a ese mundo que descubre en cada párrafo.
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