La luna representa todo lo público, aquello que comunicamos a los otros, reflejando nuestras emociones y pensamientos al mundo. LuzMa es una grandiosa comunicadora; incluso escribe un diario en el exoplaneta, donde narra las historias de sus actividades y se queda sorprendida con las historias conmovedoras de sus habitantes, quienes comparten sus sueños y preocupaciones con ella. Cada entrevista que hace es una ventana a su cultura única, que enriquece su comprensión del universo, forjando lazos profundos que trascienden las barreras intergalácticas.
Imagina que en un planeta distante, la primera mujer nacida ahí le da nombre a su satélite natural… Es precisamente lo que pasó en Hadarian…
O casi, ya que fue el primer ser masculino nacido ahí, quien decidió el nombre de la primera mujer y se lo ofreció al satélite del exoplaneta.
Me gusta recordar esta historia, puesto que ayer hablé de Hadar, el niño que nació primero en ese exoplaneta que recibió su nombre. Claro, el planeta recibe el nombre de Hadarian y ninguno de sus habitantes relacionó el suceso de la estrella con la mitología bíblica.
No tuvimos esa oportunidad; los habitantes ancestrales les brindaron a sus dioses paganos atributos especiales y en muchas culturas imaginaban que el sol, durante la noche de luna nueva, la devoraba y era necesario realizar sacrificios para que regresara, y sí, en efecto, regresaba con las mordidas marcadas.
Sin embargo, en un planeta habitado por gente de ciencia nadie pensaría en cosas relacionadas con mitos y su vida se enfocaría en aspectos diferentes.
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