Ahmed es un amigo que vive en Marruecos y en muchas ocasiones me doy cuenta de que, al igual que Omar, quien me colaboró con un libro llamado DESENCUENTRO, sin importar nuestras creencias, como Asgardianos unificamos ideas y encontramos puntos de unión.
Sí, este material ya tiene definido su título y será este para ambas versiones.

Quiero hablarles de este libro que fue uno de mis primeros intentos por compenetrar varios elementos en la figura de dos personajes: un agnóstico, casi ateo, y su mejor amigo, un musulmán…
La descripción del libro señala:
En nuestro mundo, las costumbres y creencias son diversas, tanto como las relaciones humanas y sus lazos de amistad y romances, somos un caudal inagotable de sentimientos que muchas veces da paso a rupturas en el tejido social y en otras entreteje nuevos mundos; cada área geográfica del planeta entraña tradiciones que a veces desconocemos.
Nada escapa a la mirada atenta del que quiere conocer más y de igual manera hay personas que no pueden expresarse, sino a través de sus propias creencias, sin por ello perder riqueza y tradiciones; ambos van ganando terrenos en donde otros deciden desandar estos caminos. La novela es un recurso que nos permite jugar con la ficción y a través de ella explicarnos el mundo que soñamos y conocemos.
Para explicarnos lo que nos motiva a seguir, consigue a través del realismo mágico encontrar una veta cuya riqueza he colocado en dos momentos distintos, en dos personajes que viven situaciones extremas.
En el trabajo de investigación de esta obra agradezco la colaboración de mi amigo Omar, oriundo de Argelia, nativo de Bouira, quien nació el 30 de abril de 1984 de creencias musulmanas, gracias a las cuales encontramos un punto de coincidencia para recrear esta historia.
Igualmente, agradezco a la Dra. Bea Gallardo-Lacourt, quien trabaja en un postdoctorado en la Universidad de Calgary y debido a sus trabajos sobre las auroras boreales, conocí la magia de Alberta, Canadá donde diversos grupos de investigadores y físicos dedican su vida y talento a la observación de las luces del norte; tal es el caso de Chris Ratzlaff y Elizabeth MacDonald quienes son mencionados en la historia, ellos trabajan de manera formal en las investigaciones sobre el maravilloso fenómeno denominado STEVE, cuya somera referencia, se da en la obra.
De igual forma, agradezco a mi compatriota Asgardiano Iván Rosel quien me habló de la población de SriNagar capital de verano del estado de Jammu y Cachemira, en la India, que ocupa un lugar en el corazón y los sentimientos de la historia y en definitiva es el sitio más adecuado que pudo sugerirme. Tocar poblaciones del mundo tan solo con la imaginación y la pluma es algo que Iván no ha hecho. Él sin duda es un incansable trotamundos y su conocimiento de las tradiciones del planeta las ha aprendido relacionándose con las culturas y lenguajes del orbe.
Puedo hablar de una constante en mi obra: me centro en reconocer la capacidad humanitaria de mis personajes, como habitantes del planeta, inmersos en sus raíces culturales en un entorno cada vez más globalizado. Profundizar en los ámbitos donde el corazón expresa valores y sentimientos puede hacerse de muchas maneras. Con esta novela, espero conmover a mis lectores y mostrarles un terreno. La falta de creencias, o su expresión más sublime, nos inspira a reconocer en cada ser humano su lado vulnerable. También debemos ejercitar nuestra tolerancia. Ha habido quienes han puesto la discriminación y la ira.
A mis amigos y compañeros de trabajo, en especial a mi amiga Marisa Marín, que me ayudó a encontrar la frase precisa, y a la escritora y colega Helena Aramendia quien me alentó a seguir y conoció el primer borrador de lo que ahora me atrevo a publicar para todos ustedes.
Con la esperanza de que la felicidad nos cautive infinidad de veces, nos permita suspirar, soñar y renacer.
Ahora, ha surgido una hermosa amistad entre Ahmed y yo como autora, y que se ha cimentado gracias a la empatía de mi amigo al encontrar en lo que escribo un tema de conversación y puntos de vista similares. Es un honor para mí contar una vez más con sus palabras en un material que estoy preparando con gran alegría.
Les comparto fotografías que me hizo llegar Omar desde Argelia. Son de Enero del año 2019


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