Una semana después, las cosas habían tomado forma, los contratos firmados, el abogado de ella, de acuerdo con los términos y el desarrollo de la obra, el momento había llegado. Entonces le entregó el párrafo que no había borrado de su libreta, ese mismo que había leído al Dr. Baes:
Mi alma revisa las acciones pasadas… ¿Dónde están aquellas que vienen en su búsqueda?, ¿qué valores nos duelen por ser imposibles de florecer y se quiebran en las paredes que edifican los necios?
Con la siguiente anotación:
Edely Arrioga, hasta ahora, sigue sonando intimista y necesito que le dé un carácter diferente al texto. De esta forma comenzamos trabajando juntos en este libro. Muchas gracias.
El escritor fantasma puso manos a la obra de esta manera:

Mi alma reflexiona sobre las acciones del pasado… ¿Dónde se encuentran aquellas que nos buscan con esperanza?, ¿Qué valores nos afectan ante la imposibilidad de florecer y se desmoronan en las paredes levantadas por la ignorancia?
En ocasiones, me pregunto si los sueños que una vez imaginamos están destinados a desvanecerse entre las sombras de nuestras decisiones. Cada elección que hacemos parece arrastrarnos en una corriente de resultados imprevistos, y las oportunidades que dejamos pasar, como hojas arrastradas por el viento, nos inspiran a recordar lo que podría haber sido.
A menudo, es en estos momentos de introspección que encuentro respuestas tentativas, pequeñas luces que brillan en la oscuridad de mis dudas y que me invitan a seguir buscando; me instan a cultivar el conocimiento y la empatía, esas semillas que pueden florecer en un mundo donde la ignorancia a menudo se presenta con tanta fuerza.

Ante la respuesta del escritor fantasma, no hubo duda de que el trabajo tendría el valor que merecía y el tratamiento a Gryer le resultó impecable.
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