En el pasaje de El Muro Silencioso.
“Cuando la distancia de la red sónica supere las 7 UA, el control de cada una de sus esferas dependería del cerebro virtual de la red, ningún ser humano podría llegar a ella para hacer reparaciones, ninguno de los allí presentes.”

Ellos, como científicos, habían comprendido que llegaría un momento en que no podrían depender de nadie para hacer lo necesario. De alguna manera, en su subconsciente estaba escrito el poder del siete y su fuerza para dinamizar cambios y hacer con ellos grandes y revolucionarios movimientos.
Como estrategas, respondían al poder del cosmos y, con él, urgieron los cambios profundos que eran necesarios. No escapamos al poder de algo superior a nosotros, y este no era la espiritualidad de una deidad, sino la fuerza magnética de los planetas. Ellos nos influyen constantemente con mensajes que no son fáciles de entender para todos.
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