La mujer se agitó el pelo y se fue a preparar café… mientras miraba de reojo el ordenador y se repetía… Vaya, creo que esto solo son patrañas, pero entre toda la basura que me ofrecen los medios, podría ser interesante descubrir qué se propone este anuncio. No me embarcaré, únicamente me atrae la idea de ver qué hacen y cómo lo hacen esos fantasmas con pluma, fuente y ordenadores.
Sujetos dispuestos a quedarse con una tajada enorme de regalías… Sí, es posible, pero también resultan entretenidos los procesos por los que uno pagaría o les daría un portazo en las narices. Sin contrato no hay acuerdo. Eso es así.
Se dispuso a llamar al número de teléfono que aparecía y para ello usó un celular descartable. Ya sabía qué sucedía cuando no hacía eso con asuntos poco claros y bajo las promesas de que todo es muy alentador, ya sabía que todo lo que prometía ser superbueno, terminaba siendo una vil mentira.
Pero no hubo voz de hombre o mujer seductora de esas que contratan para enganchar incautos…
Era un contestador que la remitió a una página web donde debía colocar sus datos y asegurarse que la página estuviera libre de todo lo inseguro que sucede en las páginas que, si las abres, te llevan a otras páginas y terminan en la rosca de los hackers.
Antes de terminar la llamada, le indicó que, una vez dispuesto todo, recibiría una confirmación al correo que ella ofreciera para trabajar con el empleado disponible para completar su solicitud.
Aseguró sus alertas de firewall y se dispuso a ingresar al engorroso trámite, y le fue dicho que tardarían 24 horas para verificar la información que ella había proporcionado para continuar con el proceso.
La mujer sintió que en su cerebro las endorfinas se activaban y esto le parecía muy alentador, incluso divertido… Tenía que guardar la calma y esperar con paciencia.
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