La historia ha otorgado leyendas y creencias de un lado a otro del planeta en su necesidad de conectar.

Esto ya lo he abordado en algunos de mis ensayos y considero que es la mejor fecha para recalcar su importancia, pero he descubierto un video que es muy eficiente en la propuesta que nos trae. Recordemos que también los romanos y griegos se prestaban deidades y las hacían suyas al cambiarles los nombres y decidir que estas y no las otras eran más valiosas.

Solo algunos ejemplos:

Zeus (Griego) / Júpiter (Romano):

  • Atributos: Dios del cielo y el trueno, rey de los dioses.
  • Similitudes: Ambos son considerados los dioses supremos en sus respectivos panteones.

Hera (griego) / Juno (romano):

  • Atributos: Diosa de la pareja y de la familia.
  • Similitudes: Ambas son esposas de Zeus/Júpiter y reinas de los dioses.

Poseidón (Griego) / Neptuno (Romano):

  • Atributos: Dios del mar y los terremotos.
  • Similitudes: Ambos gobiernan sobre los mares y son conocidos por su temperamento.

Vamos un poco más lejos…

La necesidad de creer en algo es una característica fundamental de la naturaleza humana y puede explicarse desde varias perspectivas: desde la búsqueda de significado en un mundo a menudo caótico y confuso, hasta la necesidad de pertenencia y conexión social que sentimos como seres humanos.

Este video es interesante. Pueden verlo bajo la pátina de sus propias creencias y analizar si tiene sentido o no. Adoctrinar no es un punto de apoyo; analizar con mente flexible podría ser más conveniente.

Descubrir el poder de conectar a un grupo bajo ciertos parámetros ideológicos o teológicos ha sido una de las amalgamas sociales de mayor poder. Analicemos:

La necesidad de creer puede manifestarse en diferentes formas, como en la religión, la filosofía o incluso en ideales y objetivos personales. Además, la creencia en un propósito superior o en valores compartidos puede ofrecer consuelo y esperanza en tiempos difíciles, brindándonos una estructura moral y una guía en nuestras decisiones diarias. Al final, estas creencias no solo nos definen como individuos, sino que también moldean nuestras interacciones con los demás y nuestra comprensión del mundo que nos rodea.

Algunos de los temas en los que enfocamos esa necesidad pueden ser estos y probablemente muchas más:

Motivación y esperanza: Creer en algo puede ser una fuente poderosa de motivación y esperanza. Las creencias, ya sean religiosas, filosóficas o personales, pueden inspirar a las personas a superar desafíos y a perseguir sus sueños y aspiraciones.

Esta fe en uno mismo o en un propósito mayor puede transformar la adversidad en una oportunidad de crecimiento, motivando a los individuos a actuar con determinación y coraje. Cuando las personas encuentran un sentido de propósito, se sienten impulsadas a persistir a pesar de las dificultades, lo que les permite forjar caminos hacia el éxito. Además, tal motivación no solo beneficia al individuo, sino que también tiene el potencial de generar un impacto positivo en su entorno, alentando a otros a creer en sus propios sueños y a mantener viva la esperanza en tiempos inciertos.

Identidad personal: Ayudan a definir quiénes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos en relación con el mundo. Estas creencias, influenciadas por la cultura, la familia y las experiencias personales, moldean nuestras decisiones y acciones diarias. Además, son un pilar fundamental para establecer conexiones con los demás, ya que compartimos, creando así un sentido de pertenencia y comunidad. Con el tiempo, nuestras creencias pueden evolucionar, reflejando nuestro crecimiento personal y nuestra adaptación a nuevas realidades, lo que nos permite, a su vez, entender mejor nuestro lugar en el vasto entramado de la vida y del universo.

Sentido de propósito: Creer en algo, ya sea una religión, una ideología o un objetivo personal, proporciona un sentido de propósito y dirección en la vida. Ayuda a las personas a encontrar significado en sus acciones y decisiones, ya que les brinda una base sobre la cual construir su identidad y sus valores. Además, tener un propósito claro puede motivar a los individuos a superar adversidades, dado que de esta forma se sienten guiados y respaldados por sus creencias. La búsqueda de este sentido puede llevar a un crecimiento personal, a la creación de conexiones más profundas con los demás y a la contribución activa en la comunidad, haciendo que cada paso que dan esté impregnado de intención y significado. Si acaso diferenciamos de lo que unos y otros creen, los asuntos pueden ser complejos.

Manejo de la incertidumbre: Por ejemplo, las creencias religiosas a menudo ofrecen explicaciones sobre el origen de la vida, la muerte y el más allá, proporcionando consuelo en momentos difíciles. Veremos sin duda variaciones desde dentro de las cúpulas de los creyentes, porque será necesario hacerlo, de la misma forma que se hizo en el pasado.

Conexión Social: Las creencias compartidas pueden unir a las personas, creando comunidades y fortaleciendo lazos sociales. La pertenencia a un grupo con creencias comunes puede ofrecer apoyo emocional y un sentido de pertenencia.

Esto es notable en las festividades que unifican a los humanos, que los hacen valorar quienes son, y si tu creencia mira hacia otro lado, la conexión social te hablará de que tanta resonancia tiene en lo que se ha construido a su alrededor.


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