¿Cómo desmantelar el lenguaje filosófico y el pensamiento estructurado antaño, es bueno, es válido o no?

Tendremos en el espacio cubículos pequeños con lo esencial, si, entonces preponderar la mente sobre el cuerpo será especialmente importante, veamos entonces:
David Chalmers, un filósofo poco convencional asociado con el grupo de filósofos prominentes de la Universidad de Nueva York, también ocupa un puesto de profesor en la Universidad Nacional de Australia, donde ha influyente en la investigación sobre la consciencia y la filosofía de la mente.
A lo largo de su texto, La Mente Consciente, ha captado la atención tanto de académicos como del público en general. Chalmers aborda cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la experiencia subjetiva y la relación entre la mente y el cuerpo.
Chalmers señala como «dualismo naturalista», a las propiedades de la mente y difiere significativamente de las del mundo físico, sugiriendo que, a pesar de los avances en neurociencia, el enigma de la consciencia sigue siendo uno de los desafíos más profundos que enfrenta la filosofía contemporánea.
En el campo de la mente consciente es esencial saber que al sitio que vayamos iremos por que existimos. Muchas teorías intentan desentrañar el fenómeno biológico de la conciencia. Algunas teorías y estudios aplicados sugieren que el cerebro no es algorítmico y que la conciencia podría tener una cualidad cuántica.
El trabajo más detallado al respecto surge del ministro de ciencia en Asgardia y su delicado y acucioso trabajo de investigación realizada por un equipo internacional de científicos, dirigido por él y su nombre es Floris Wuyts, de la Universidad de Amberes (Bélgica), ha revelado cambios en el cerebro de 12 cosmonautas rusos que habían pasado, de media, unos 172 días en el espacio. Los resultados se suman a décadas de investigación sobre el impacto que pueden tener en el cuerpo humano los periodos prolongados de tiempo en el espacio.
«Los vuelos espaciales tienen el potencial de alterar profundamente tanto la función como la forma del cerebro adulto. Mientras que los efectos fisiológicos de los vuelos espaciales se han estudiado durante muchas décadas, la investigación sobre los efectos de los vuelos espaciales en el cerebro está todavía en su infancia», escribe el equipo en un artículo publicado en febrero en la revista Frontiers in Neural Circuits.
«El deseo humano de aumentar nuestra exploración del espacio exacerba la necesidad de comprender los efectos de los vuelos espaciales en el cerebro humano».
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