Con la ayuda del sol y el trayecto a las cenizas es el título de este trabajo, tomando en cuenta la energía del Sol, todos entendemos que moviliza muchas acciones, incluso aquella que impulsa a los exploradores del espacio el encuentro de un nuevo hábitat para el futuro de la humanidad.
Es energía, se traduce en acciones favorables y tiene sus excepciones al momento que su energía rebasa los límites adecuados o encuentra la manera de penetrar en los huecos que dejamos abiertos para que invada con su radiación.
Hasta el momento vivimos en un entorno que ha tomado tiempo para permitirnos habitarlo. En el desarrollo del texto verán que no somos generaciones espontáneas que han llegado a un espacio y lo han habitado. La evolución es un tema grandioso y lo más interesante es que, al tenerlo todo y haber llegado al momento en que nuestra mente puede permitirse el privilegio de considerarse un homo sapiens, homo faber y homo ludens integral, muchos asuntos que nos determinan y nos envuelven y perfilan; impiden que actuemos en la medida de las necesidades que defendemos y que nos convierten en lo que somos: humanos habitando un espacio productivo y valioso.
Si somos hábiles para integrarnos en este planeta, posiblemente lo seremos para encontrarnos en posición de descubrir un hábitat del que nos hagamos responsables en el futuro, este planeta puede ser visto como único, entrenar en él para saber cómo hacerlo siglos después en otro espacio.
Pero también somos concientes que lo que nos queda en la linea de tiempo para estar aquí y la realidad es que no hay un espacio cercano para observarlo como una utopía habitable hecha realidad, entonces, nos queda observar lo que hacemos en este lugar y los acuerdos que hemos hecho para una sana convivencia y todo lo que impide que esto suceda.
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