Entre las opciones y balances que considero para avanzar, elijo confiar en mi intuición y en mis sentimientos con respecto a lo que he logrado, celebrar los momentos afortunados en los que los éxitos se manifiestan gradualmente; comprendiendo las tentaciones y la transformación que experimentamos todos al emprender un camino.
Cada vez enfrento menos riesgos, reflexionando con cuidado sobre lo que está por venir, con tranquilidad y serenidad… Reconociendo que toda propuesta requiere moderación.
Organizar de nuevo el camino sin permitir distracciones. Analizando el valor que le doy a lo que más se queda en mi mente. Ahí en lo que pongo el foco de atención estará el nuevo proyecto.

¿Qué me dice cada detalle del árbol que comparto con el mundo?
Soy pasado en la medida que mi tronco se ensancha con más anillos de crecimiento, solo ahí puedes ver mi edad, pero jamás sabrás lo que representa si no estuviste ahí.
¿Qué me dice cada detalle de las ramas que comparto con el mundo?
Las que estuvieron cubiertas de hojas, dejaron de estarlo y no recuerdo a ninguna de ellas que se haya quedado para siempre.
¿Cómo reconozco el valor que tuvieron?
Todas ellas cumplieron un objetivo y posteriormente nutrieron la tierra que en principio les dio fortaleza para crear follaje.
¿Qué evidencia tengo al ver que no todos tus anillos son iguales en grosor?
Definitivamente cada uno de ellos advierte que ninguna época es igual, no todas son favorables, no todas son fructíferas y todas ellas me dieron tiempo para evaluar la forma cómo sería capaz de superarlas, de soportarlas.
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