Nacemos a una nueva visión del mundo, con la muerte de todo lo que dejamos atrás, hay aprendizajes que nos quedan cortos como los vestidos de la infancia, de igual forma existe una gran necesidad de crecer en formación e iluminación y todo lo que alteraba los sentidos de la naturaleza primaria, donde comer y dormir resultaba esencial para seguir el camino, deja de tener sentido, la apetencia que nos envuelve está en saber de todo lo que nos rodea.
Podemos sentir obsesiones que nos doblegaran al considerarnos imperfectos, buscando lo hermoso, lo placentero y lo nutricio para satisfacer su dictado; en el caso de la protagonista, ella se dará cuenta que nada de lo que vivió es relevante, y al mismo tiempo se reconoce entre las elecciones de alguien a quien admira, con el tiempo se dará cuenta de la forma y balance con que debe calificar sus pensamientos.
El Guardián de la Sabiduría, muestra el recorrido de una persona que deja de ser lo que fue para mejorar su esencia, cada uno de nosotros podemos identificarnos con tal concepto, precisamente con la vida que somos y los momentos en que reconocemos que no necesitamos doblegarnos a lo que el aprendizaje formal nos ha solicitado, que hay un camino de experiencia que nos llevará a nutrir lo que queremos para nosotros mismos y el mundo que observamos.