
Empero, yo me apoyo y cobijo en la fortaleza de Hadar, si hubiera una figura poderosa de algún árbol de la Tierra, él sería el roble, los antiguos le daban un valor impresionante a ese majestuoso ser vivo que ojalá habite en el futuro de alguna forma en nuestro territorio; siendo de esta forma, absolutamente es cierto, ellos me verán como un apoyo e imagino que los antiguos por eso tenían reyes y sus reinas y eran las figuras fortalecidas con la vestimenta del poder, más adelante lo fueron gobernantes y bueno, será parte de la vida que nosotros podemos entender como el gusano Alpha, que dirige al grupo y la lagartija líder que es la que lleva a todas las demás a conducirse de alguna manera, tal vez eso no cambie mucho con el paso del tiempo, es una acción que incluso se refleja en los sistemas planetarios, ya que sin un Sol no podrían establecer órbitas.

En la tierra, tienen recursos valiosos, por su parte en Hadarian no conocemos del todo el planeta, sus entrañas están esperando a ser descubiertas y el polo sur es un misterio.
El destino no lo podemos evadir y las cosas que deseamos o aquellas a las que damos poder, no siempre resultan tal como lo esperábamos, no podemos crearnos falsas expectativas, es necesario reconocer que tendremos que adaptarnos al planeta y él deberá aceptarnos o llevarnos a la muerte; aquello que podemos transformar será puesto en la balanza de la realidad, lo que no podemos hacer es dejar de ser humanos y con ese peso y ese atuendo vamos a avanzar.
Nuestra percepción tal vez está más enfocada porque no tenemos tantas distracciones como las que hay en la Tierra, la gente allá cuenta con una diversidad arrolladora de sensaciones y circunstancias que atraviesan de forma constante.
En mi caso la más fascinante y arrolladora sensación que me cautiva y alegra es la presencia de mi familia, precisamente hace unas horas Hadar entró con el pequeño Noeud que se quedó dormido en sus brazos y se acercó a mi oído para susurrar:
“Soy un ser libre, tan libre como puede serlo un hadariano que puede atarse a tu cintura con ambos brazos, los mismos que abrazan a nuestro pequeño y amado hijo”
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