La casa había quedado toda para ella, el momento de hacer lo que había aplazado estaba por llegar, pensaba que era la abuela la que tenía el compromiso de sanarla, ella tenía un camino difícil para llegar a la conciencia de lo que en realidad tenía que hacer.

Si ella pudiera ver su alma candente entre la ira y el desamor, notaría una estela de fuego recorriendo el inframundo hasta el recinto de Elia Gertrudis Mazagatos Arce, si acaso pudiéramos saber lo que la mujer experimentada y sabia en cuestiones de la vida estaría pensando.

Sorpresas y dinamismo en los velos del destino es lo que nos nutre en vida y en el camino que nos convierte en alma
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