Amigas comunes y a veces cómplices de doña Elia Gertrudis Mazagatos Arce, no iban a dejar que las cosas sucedieran, solo porque si, ellas sabían que hay asuntos qué merecen de la más delicada colaboración, sin duda es lo que hubiera hecho Elia de seguir viva, encender la magia y todos sus recursos ante una emergencia.

Entonces, ni tardas, ni perezosas se dieron a la tarea de poner cada cosa en su lugar, al menos en la medida de sus fuerzas para seguir enfrentando la terquedad de Gabina.
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