Todos los Pegasus se sintieron maravillados por la experiencia tan valiosa que recibieron, en esa visita al profundo mar y sus corazones se agitaron ante el misterio de lo que pronto experimentarían.
El perspicaz anciano les explicó:
Queridos Pegasus, señores del cielo y la tierra, la vida nos depara buenos momentos en cuanto la mente persiste en los buenos augurios, es necesario ser positivos con los mandatos del universo, tal como ha señalado Madreperla, no siempre nos favorecen y debemos luchar por extraer la mejor enseñanza incluso de aquello que nos deprima o desvalorice.
El mundo queda expuesto a sus propias acciones y si logramos que ellos entiendan lo que es posible cambiar, la vida será mucho mejor para el futuro que en algunos sitios se desvanece.
Hipólito ha de encontrar la forma de manifestarse ante el custodio de la montaña y cuando esto suceda el viaje dispuesto para todos ustedes, será anunciado.
Siguieron por la playa, contemplando en silencio el hermoso paisaje e imaginaron las sorpresas que les esperaban en su nuevo viaje…
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