Hipólito era consciente de que le habían dado esa tarea reconociendo en su nombre un poder conferido por los astros y a ellos debía su fuerza, pronto vio la formación de los Pegasus por arriba de sus cabezas, fue entonces que Quirón reconoció al líder del grupo y mirándolo con fijeza le indicó que sería el poder de la flecha la que marcaría el camino y destino de todos ellos. Entonces exclamó:
De ahora en adelante estás conectado al poder mental de Hipólito, nos han llamado desde la distancia y hay un hilo invisible entre el emisario de ese mensaje y nosotros, será Hipólito quien te permite reconocer a quién nos ha invocado.
El Pegaso batió sus alas con firmeza y agachando la cabeza reconoció su tarea y con gran energía emprendió el camino.
Hipólito observó con atención la formación de los Pegasus y afrimó:
Todos ellos son elegantes en su vuelo, fuertes como el que ha sido creado en gélidas montañas y poderosos para arriesgarse a lo que sea.
Bien dices, afirmó Quirón, es el momento de atender al llamado ha llegado y no debemos dilatarlo más.
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